


Hace unas semanas tuve la suerte de hacer un viaje por la Amazonía de nuestro país, donde visitamos el laboratorio gastronómico de Canopy Bridge, una organización dedicada a acercar los productos del oriente a nuestras mesas. Entre pasta de neapia y yogur de yuca, uno de los ingredientes más emblemáticos con los que trabajan es el macambo, también conocido como patasmuyu o cacao blanco. Hacen una variedad de cosas con este alimento: desde tostar las semillas con sal hasta preparar un auténtico cacao blanco.
Ya conocía el macambo, pero la verdad es que solo lo había visto en platos elaborados de restaurantes de alta cocina. Cosa que me encanta, porque no hay nada mejor que la creatividad combinada con lo autóctono. Pero el propósito de Canopy Bridge va más allá: quieren acercar estos productos a todos, no solo a los grandes chefs.
Esa reflexión inspiró en mí el siguiente poema. Hoy también comparto una receta de brownies hechos con chocolate de macambo y plátano, para que vean que no es difícil consumir lo nuestro.
Puedes encontrar los productos de Canopy Bridge en El Español, Te Quiero Verde, Tiendas Salinerito, Enzzo UIO y la Tienda Museo Casa del Alabado.
Estaré por siempre agradecido con los artistas y famosos, pues sus manos talentosas y mentes creativas, su búsqueda incesante de la complejidad de sabor, es lo que me sacó del olvido en las profundidades de la Amazonía.
Yo, el macambo, una de las expresiones más autóctonas de la fértil tierra ecuatoriana, solo empecé a ser apreciado entre más paladares cuando los grandes chefs me sacaron en sus pequeñas obras de arte. He decorado mousses y ensaladas deconstruidas, he posado con colores vibrantes y con cortes de precisión milimétrica, hasta he descansado en las orillas de un buen cóctel.
Y no me malinterpretes. Cuánto me divierto en la escena artística. Pero al final del día, solo quisiera que el ecuatoriano me tenga el mismo cariño que le tiene al cacao. Quisiera que, con mucho orgullo, las personas hagan de mi sabor parte de la vida diaria. Quisiera ser ese bocadito crujiente que te llena de energía, quisiera ser el caramelo de los chiquitos, quisiera ser el dulce consuelo de los corazones rotos, quisiera sentirme realmente ecuatoriano. Pues producto más nativo que yo no hay. Pero eso no sirve de mucho si no puedo ser parte de la vida diaria de mi gente.
En un intento de hacer amigos, aquí convertí mi chocolate en brownie. A ver si me pruebas. Si cuando sientas mis notas frutales, combinadas con mi sabor a nuez, dejas de ser extranjero en tu tierra: un sabor, un producto y un bocado a la vez.
Nuestra tierra es tan maravillosa. Atrévete a experimentar todo lo que el Ecuador tiene para ofrecer, todo lo que nos hace ser ecuatorianos. Agradezco profundamente a Canopy Bridge y todo lo que hacen por nuestro país, nuestros agricultores y nuestra tierra: acercando nuestros productos a nuestras mesas.
Brownie de macambo y plátano
Ingredientes
130 g de chocolate de macambo Canopy Bridge
100 g de mantequilla sin sal
2 huevos
110 g de azúcar blanca
75 g de azúcar morena
Pizca de sal
120 g de harina
30 g de semillas de macambo Canopy Bridge
30 g de semillas de macambo cubiertas de chocolate Canopy Bridge
45 g de chocolate negro (el porcentaje que prefieras, yo usé 75%)
1 plátano maduro
Preparación
Precalienta el horno a 180 °C y forra una bandeja con papel encerado.
Trocea el chocolate de macambo y la mantequilla en cubos pequeños, y derrítelos a baño maría.
En otro bowl, combina los huevos con los dos tipos de azúcar. Bate con una batidora eléctrica hasta que la mezcla se aclare y adquiera una textura esponjosa (aproximadamente 5 minutos). La idea es que el azúcar se disuelva completamente.
Añade a esta mezcla la mantequilla y el macambo derretidos, e incorpora con movimientos envolventes.
Tamiza la harina sobre la mezcla e intégrala también con movimientos envolventes.
Pela el plátano y córtalo por la mitad, a lo largo.
Agrega los pedazos de semillas de macambo y el chocolate negro troceado.
Vierte la mezcla en el molde forrado y coloca las mitades de plátano sobre la superficie, presionando ligeramente para que queden al ras.
Hornea durante 45 minutos. Deja enfriar completamente antes de cortar.
En este punto, el centro del brownie debería tener la textura de un coulant. No está crudo, simplemente es una receta con un alto porcentaje de grasa. Si te parece muy suave, déjalo reposar en el refrigerador durante media hora.
¡Corta y disfruta del sabor ecuatoriano!
Aquí te dejo un video de la receta junto al poema que subí a mis redes, para que puedas ver el proceso mejor.
¡Y eso es todo! Espero que te animes a probar este delicioso producto, o a hacerle un espacio en tu despensa.
Nos leemos pronto,
Entiendo que lo que la alta cocina hizo fue importante, pero no estaba olvidado... si lo usaban comunidades indígenas, igual cuenta.
No olvidemos que la gastronomía también está en lo que hace la gente que vive fuera de lo urbano y en un contexto culturalmente distinto. De hecho, por eso me emociona tanto este post tuyo: me permite conectar con gente distinta a mí en muchas maneras porque aprendo de ti y de ellos, y ahora estamos más cerca.
Lindo poema, excelente receta. Y sí, definitivamente hay que darle más valor al macambo —es delicioso. Si no me equivoco, también lo llaman el maní amazónico, ¿verdad?"